Bodas de oro en málaga
pepita & paco
Pepita y Paco acaban de cumplir la friolera de 50 años juntos. Casi nada. Y querían celebrarlo en condiciones, porque los grandes acontecimientos hay que celebrarlos y porque seguir agradecidos – después de toda una vida juntos – por haber encontrado a la persona perfecta, buena, que te conoce y te sabe querer bien, es algo precioso que no tiene precio.
Se pusieron en contacto conmigo sus sobrinas nietas. “Vamos a hacer algo muy sencillo: una pequeña ceremonia y algo de picar”, me dijeron. Cómo iba yo a imaginarme que los novios al final se iban a acabar liando la manta a la cabeza y montarían un bodón íntimo pero con toda la parafernalia, la dulzura y la juerga de rigor.
Pues así fue. Pepita y Paco son la pareja más tierna, adorable y maravillosa del mundo. Asistieron emocionados y algo tímidos, al principio, y totalmente entregados y felices después, a una ceremonia en la que, ante el sacerdote y toda la familia y amigos, prometieron seguir queriéndose igual de bonito que hasta ahora. Fue precioso verles sentir las mariposas y trasladárnoslas al resto de los asistentes: risitas nerviosas, miradas de complicidad, lágrimas de emoción.
Esta es quizás una de las bodas en la que me ha hecho más ilusión trabajar. Porque ver a parejas quererse tanto 50 años después me devuelve la fe en todo, porque conocer a familias tan unidas me hace sentir que el mundo está más lleno de amor y bondad de lo que yo creía, porque a veces las experiencias más bonitas son las más sencillas y porque cuando se besa de verdad, aunque solamente sea un leve rozar de labios contra le frente de tu pareja, se nota. Y cuánto.