En vuestra boda me dedicaré a contar vuestra historia. Esto significa que estaré pendiente de todos los momentos especiales que sucedan, para documentarlos y que los recordéis siempre. Cuidaré y buscaré la luz más conveniente y los encuadres más bonitos, pero más allá de eso, os fotografiaré tal como sois, sin posados forzados, sin posturas artificiales. Espontáneos y divertidos. Quiero que os sintáis cómodos y seáis vosotros mismos, y para eso estaré apoyándoos y asistiéndoos, pero al mismo tiempo me mantendré en un segundo plano pendiente de cada foto y de vuestras necesidades. Será un reportaje natural, romántico, delicado, fresco y a la vez elegante. Y saldréis tal y como sois. Y ese será un trabajo que empezaré a hacer con vosotros desde la primera reunión: ahí ya estaré conectando con vosotros, conociéndoos, averiguando cuáles son las cosas que os hacen más ilusión y dándome a conocer para que el día de vuestra boda sintáis confianza delante de la cámara.

Yo trabajo con Canon. Llevaré dos cámaras de calidad excelente y varios objetivos para cubrir cada instante especial de la manera más especial. Si hubiera algún problema con una de las cámaras, siempre tendré la de repuesto para apoyar, y así nada quedará sin cubrir y evitaremos sustos. Llevaré también tarjetas de memoria como para cubrir tres bodas; yo disparo mucho porque quiero asegurarme de que no os perdáis nada de lo que suceda en vuestro gran día. Por supuesto también llevaré flash, pero sólo lo usaré si es estrictamente necesario; la luz natural es la que mejor os favorece y lo importante es que salgáis guapísimos y felicísimos.

Iré donde vosotros queráis que vaya. Si vuestra boda es fuera de Málaga, estaré encantada de trasladar todos mis bártulos allá donde la celebréis. Al presupuesto habrá que añadirle el traslado, las dietas y la pernoctación, pero eso será todo. Llegaré con tiempo suficiente para localizar el lugar de la ceremonia y la celebración con el fin de comprobar la luz y los rinconcitos mágicos donde os haré vuestras fotos de recién casados, y me prepararé para vuestro gran día.

Yo, por supuesto. Cuando concertéis una cita para pedir presupuesto, os atenderé yo; yo me reuniré con vosotros, diseñaremos la opción que más se ajuste a vuestras necesidades, os ayudaré y aconsejaré en todo lo que necesitéis durante toda la etapa de preparativos de vuestro gran día, incluso si se trata de ir más allá de la fotografía y necesitáis consejo para localizar a otros proveedores. Y, naturalmente, el día de vuestra boda, será a mí a quien veáis detrás de la cámara. Para mí es muy importante establecer un vínculo con vosotros en el que os sintáis cómodos y conectemos. Que no os encontréis con una extraña en el momento más especial e íntimo de vuestras vidas es esencial. Por eso nunca os mandaré a nadie en mi lugar. Estaré para lo que necesitéis desde el momento en  que firmemos el contrato hasta que os entregue vuestro resultado final. Incluso más allá, porque mis clientes acaban siendo personas muy especiales para mí con quienes me encanta seguir teniendo contacto.

La verdad, no deberíais dejarlo para muy tarde. Normalmente los proveedores que primero deberéis reservar son la iglesia, en el caso de que vuestra ceremonia sea religiosa, y el lugar de la celebración. Una vez que estos os hayan confirmado que la fecha que queréis está disponible, viene la elección del fotógrafo.

La temporada alta se concentra en unos pocos meses y recibimos varias solicitudes de reserva del gran día para cada fin de semana de la temporada, así que cuanto antes cerréis vuestra fecha y aseguréis a vuestro fotógrafo, mejor. Si tardáis un poco puede suceder que el fotógrafo que os hacía ilusión que cubriese vuestro enlace ya tenga el día ocupado, y tengáis que conformaros con segundas o terceras opciones, o ya, directamente, con lo que quede.

Por el contrario, si os casáis fuera de temporada, es decir, entre noviembre y marzo, os encontraréis con menos problemas a la hora de la reserva.  Además en general los proveedores solemos hacer un descuento para las bodas de invierno.

Yo me dedico a la fotografía y me encargaré del reportaje de vuestra boda. Pero si estáis interesados en la cobertura del vídeo, también os la puedo gestionar. Colaboro habitualmente con un videógrafo que me acompaña a las bodas donde los novios solicitan este servicio.

En el contrato establezco que os entrego un mínimo de 800 fotos editadas a máxima calidad y sin marca de agua, pero la verdad es que siempre salen en torno a 1.000 fotos aproximadamente. Os daré todas las fotos válidas que salgan y la selección contendrá tanto color como blanco y negro. No obstante, si una vez entregado el reportaje queréis que alguna de las fotos a color os la pase a blanco y negro o viceversa, ¡ningún problema! Estaré encantadísima de haceros el cambio.

Nunca más de dos meses. Sé que estáis locos de ganas de ver vuestras fotos y no quiero haceros esperar. Las primeras bodas de la temporada siempre se entregan muy rápido porque hay menos trabajo en cola, y las últimas, al tener acumulación, puede que tarden un poquito más. Pero no os preocupéis, tendré vuestro reportaje antes de lo que esperáis, y nunca en más de dos meses. Y además os iré mandando pequeñas pildoritas mientras edito, para ir abriendo boca. Tampoco subiré nada a redes sin haberos entregado antes vuestras fotos.

Seréis los primeros en verlas. Una vez las tengáis, si estáis interesados en que os haga el álbum, tomaos vuestro tiempo para elegir vuestras 160 fotografías preferidas, las que queréis que incluya en él. Una vez las tengáis, os maquetaré un álbum precioso con las tapas en acabado lino y estuche a juego, con papel de decoración del interior del estuche a elegir.