Soy una fotógrafa de bodas de Málaga que ha hecho bodas más grandes y espectaculares en las que no faltaba un perejil y bodas más íntimas y pequeñitas, he conocido a novias muy diferentes entre sí: novias que no querían fotos a solas, o que no querían ponerse tacones, alguna llevó el pelo suelto, una vez hice a una novia que se vistió de rojo y pidió a los demás que fueran de blanco… Y es que somos distintos y tenemos gustos distintos.
Pero el ramo de la novia… eso es una cosa que nos encanta a todas. De todas las parejas que he visto casarse, sólo una pasó del ramo. Las demás, detalle indispensable. Una, incluso, llevó un ramo que era todo entero de paniculata (pillanovios). Precioso.
A mí me encanta. Ojalá pudiera llevar un ramo de flores cada día, como quien lleva unos pendientes o un sombrero. Ojalá llevar un ramo de flores distinto cada vez, que pudiera expresar cómo me siento. Flores de temporada que fueran con mi estado anímico: peonías cuando siento esperanza, fresias para recordar a mi abuela, lirios para sentirme cerca de mi madre, margaritas si ando un poco asilvestrada, tulipanes cuando quiero darme un capricho, nardos todo el tiempo, hortensias si no voy a salir mucho rato, gladiolo porque es el único nombre de flor que se sabe mi pareja… Flores cada día, flores en casa, en todas las habitaciones, en cada celebración, en cada cena, en la mesilla de noche para verlas al despertar.
Os dejo aquí algunos de mis ramos de novia preferidos para que sirvan de inspiración. Lo ideal, usar siempre flores de temporada y que tengan un significado especial para vosotras. Cuando yo me casé, en mi ramo quise que se intentara reproducir el jardín de casa de mi abuela. Llevarlo fue mágico.
Entre estos ramos hay diseños de La Buganvilla, de Nanà Blanc, Floristería Entreflores de Vélez Málaga o la ya extinta Layen, entre otros.