Todo es siempre una cuestión de gustos, pero a veces también es una cuestión de cultura, de religión, de tradición. Lo importante es que la ceremonia de vuestra boda se celebre tal y como vosotros soñáis. Da igual si es religiosa o civil, va a ser preciosa en cualquier caso, porque os casáis vosotros y porque vosotros la llenáis de amor, de sentimiento, de ilusión y de ternura. Las fotos van a salir preciosas no por donde sean tomadas, sino porque los protagonistas sois vosotros y lo mucho que os queréis.

Todo tiene sus pros y sus contras. Si preguntas a tus fotógrafos de bodas de Málaga o de, en realidad, cualquier sitio, normalmente van a preferir las ceremonias civiles, al aire libre, por aquello de la luz. La luz en una finca es una maravilla y solemos preferirla a la luz artificial de una iglesia, pero hay muchos parámetros más allá de la luz y más allá de los fotógrafos, así que ¡no nos hagas mucho caso! Que sea siempre lo que tú quieras.

Una boda civil tiene muchas cosas chulas, pero la boda religiosa dota a la celebración de un halo de seriedad y solemnidad extra. La hace como más contundente. Estamos más acostumbrados a los ritos del matrimonio católico y nos encontramos cómodos en su forma. El párroco nos declara marido y mujer ante dios y eso de que «lo que  une dios no lo separa el hombre» te hace darte cuenta de que, ¡madre mía, de verdad que esto va a ser para siempre!

Hay un algo especial además en las bodas por la iglesia que a mí me parece muy encantador. Y es que mientras estamos en la iglesia, inmersos en la majestuosidad del momento, estamos intentando contener la alegría por las personas a las que queremos y que se casan. Sonreímos, se nos escapa una lagrimita, pero dejamos al sacerdote hacer su trabajo y no vamos más allá. En las ceremonias civiles hay como más muestras de alegría espontáneas. Pero en la iglesia, mientras estamos dentro, mientras dura el rito, un respeto. Eso sí, y ahí viene la parte tierna que yo noto y que me encanta. Es terminar todo, es salir del edificio, y parece que alguien a tocado a corneta que ya se puede felicitar sin la más mínima contención. El arroz, tirado a la puerta de una iglesia, parece que se tira con más alborozo.

Si me preguntas a mí, como fotógrafa de tu boda, yo lo que quiero es que seáis felicísimos y lo paséis en grande. La celebréis donde la celebréis.  Cuanto más emocionados y contentos, mejores las fotos. Os dejo unos cuantas muestras de fotos de ceremonias religiosas que se celebraron en Málaga, donde la luz siempre-siempre es bonita, para que os hagáis una idea de cómo podría ser la vuestra. Otro día hableremos de ceremonias civiles.

 

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